Los colores armónicos son aquellos que se ven bien juntos y no compiten entre sí, como el azul y el verde, o el rojo y el amarillo. Estos colores complementarios crean una sensación de equilibrio visual. Al usar colores armónicos en la decoración de una habitación o en una presentación, se logra una apariencia atractiva y profesional sin que los colores se distraigan entre sí.