Este documento describe cómo era la vida de los niños en las décadas de 1960, 1970 y principios de 1980, antes de la era digital y de mayor conciencia sobre la seguridad. Los niños de entonces tenían mucha más libertad y pasaban horas jugando afuera sin supervisión adulta. A pesar de los riesgos como la falta de protecciones en los autos y pinturas con plomo, el autor argumenta que eran felices explorando el mundo por su cuenta y aprendiendo de sus propios errores.