Un grupo radical anti-gay planea una manifestación para evitar el rodaje de una película homosexual y presionar para su retirada, alegando que este tipo de películas no deben verse fuera de festivales dedicados al tema y pueden perturbar a los niños. El director de la película mantiene su intención de rodarla para mostrar este colectivo de forma respetable y representativo más allá del ambiente homosexual, creyendo en la libertad de expresión.