El documento critica que los administradores públicos y grandes empresarios parecen pensar y trabajar como maquinaria pesada en lugar de seres humanos, debido a la falta de consideración por los impactos ambientales y humanos de sus proyectos de explotación y producción. El autor sugiere que en lugar de líquido encefálico, sus cerebros contienen valvulina, una sustancia que los hace funcionar como retroexcavadoras, buldóceres o tractores sin pensar en las consecuencias de sus acciones.