Un joven presumía tener el corazón más bello por estar intacto, pero un anciano mostró que su corazón, aunque lleno de cicatrices e irregularidades, era más bello por representar el amor entregado a otros. El anciano explicó que cada marca era amor dado, aunque a veces no fue correspondido, dejando agujeros. El joven comprendió que la verdadera belleza es el amor compartido, arrancó un pedazo de su corazón para dárselo al anciano, aceptando que el amor lo deja