El documento aborda la necesidad de derribar fortalezas espirituales internas que afectan la vida de los creyentes, utilizando ejemplos de Nehemías y 2 Corintios. Propone un plan que incluye aceptar la necesidad, confrontar problemas y usar armas espirituales en lugar de esfuerzos propios. La clave radica en permitir que el Espíritu Santo actúe en las áreas no entregadas y crucificar la vieja naturaleza para vivir en obediencia a Cristo.