Desde el NCC de Madrigalejo un cuento de Manoli Sojo "Amadeo Indurain y el CO2"
1. AMADEO INDURAIN Y EL C.O.2. Autora: Manoly Sojo Ramos Madrigalejo 2008
2. Amadeo Indurain tenia siete años y vivía en una ciudad de cualquier sitio, sus calles estaban llenas de coches y asfaltos, había pocos árboles y nadie utilizaba la bicicleta para desplazarse, sino los coches, cantidad de coches ... A las 8:30 como cada día la madre de Amadeo llevaba al colegio al colegio con su hermano, siempre lo hacía en coche, aunque por una vez decidió ir dando un paseo con el hermano menor de Amadeo. Una hora antes el padre también había salido al trabajo en su coche nuevo y una hora después su hermana Emilia iba a la Universidad con su moto.
3. Amadeo Indurain iba todos los fines de semana al bosque, necesitaba poder respirar aire puro y olvidarse de los humos y ruidos de la gran ciudad. Le gustaba ver los pajarillos y estar en contacto con la naturaleza
4. Pero... el domingo cuando Amadeo llegó al bosque vio sorprendido que su gran amigo el duende Damián el Magnífico lloraba desconsoladamente al ver que los árboles de su bosque se estaban marchitando, que el agua del lago se volvía turbia y rugía de dolor por los pobrecillos pececitos que morían dentro asfixiados.
5. El hada Dolores no encontraba flores para su diamema, desesperada se acercó a su oido y le susurró al oido “ Te tocaré con mi barita mágica y enseguida tu tendrás la salvación a esta catástrofe” ¡¡ Ayúdanos por favor o desapareceremos todos, no tendremos árboles, ni pájaros, ni duendes, ni hadas!! TODO SERÁ TRISTE Y GRIS SIN EL BOSQUE....
6. En el momento que el hada Dolores tocó con su barita mágica a Amadeo, éste respiró profundamente y gritó: ¡¡ CO2 !! Regresó a su casa con rapidez, reunió a sus padres y a su hermana y explicó: El CO2 que desprenden los motores de vuestros vehículos está destruyendo el aire que respiramos todos , el bosque está desapareciendo y todos nosotros enfermaremos, debemos actuar rápidamente, así que comencemos por aparcar nuestros vehículos en las distancias cortas. Moraleja: Al igual que Amadeo y su familia, debemos de hacer todo lo que esté en nuestra mano para no seguir contaminando el planeta y más cuando lo podemos hacer con unas simples rutinas diarias, como es el usar una bicicleta en lugar de un coche. A partir de ese día, el cielo se volvió más azul, los árboles más verdes, el agua más transparente, todos respiraban mejor y estaban más sanos y felices. Y los duendes y las hadas pudieron permanecer para siempre FIN