En la despedida de soltera de una amiga en un club de striptease, varias amigas compitieron entre sí pasándole billetes con la lengua a los bailarines y pegándoselos en diferentes partes del cuerpo. Finalmente, cuando el bailarín se dirigió hacia ella para continuar la competencia, sacó su tarjeta de cajero automático y se la pasó por la raja del culo para coger los 80 euros y marcharse a casa.