Este documento critica a la Dirección General de Tráfico por generar grandes ingresos a través de multas de radar, sugiriendo que su prioridad es recaudar fondos en lugar de mejorar la seguridad vial. Con un solo radar que impone 77 multas diarias a 300 euros cada una, se recaudarían 8.4 millones de euros al año, lo que lleva a la conclusión de que la DGT "está contando el dinero" en lugar de preocuparse por la conducción segura.