Efraín Rojas Mata: la aerofobia, también conocida como estrés de vuelo o miedo a volar, es más común de lo que imaginas y también es sencillo controlarla para lograr un vuelo tranquilo.
2. La aerofobia, también conocida como estrés de vuelo o miedo a
volar afecta a un 30% de la población mundial. Es un miedo natural y
complejo, pues es producto de la sumatoria de varias fobias. Aunque
no se considera una enfermedad, los síntomas pueden complicarse
durante el vuelo si no se afrontan de la manera correcta.
3. Identifica el miedo: ¿a los espacios cerrados? ¿a las alturas? ¿a la
cantidad de personas? ¿al avión en sí mismo o a lo que pueda
sucederle durante el vuelo?... Y trázate el objetivo claro: superar el
miedo que padeces.
4. Investiga sobre el funcionamiento de los aviones, sus
procedimientos de seguridad y emergencia: mientras más
información manejes sobre la seguridad al volar, más tranquilo
estarás durante el vuelo. Por ejemplo, saber que un avión puede
sacudirse o que las alas cambian su forma durante el vuelo, ten
mantendrán en calma.
5. Compara la actividad de volar con otras de tu vida cotidiana o con
aquellas en las que se produjo un ataque de pánico: no para generar
ansiedades o temores en tus actividades habituales, sino para que
veas que éstas también poseen riesgos y, aun así, las realizas con
tranquilidad. Adapta las técnicas con las que lograste el control en
momentos de estrés o ansiedad.
6. Escoge el asiento según tus necesidades: los que están en las alas
son más estables, los de las salidas de emergencia tienen mayor
espacio y los pasillos son ideales si prefieres caminar durante el
vuelo.
8. Evita o detén los pensamientos catastróficos: cuando recuerdes
todo lo que has visto, leído u oído sobre los peligros de volar,
recuerda: todos los vuelos –sean comerciales o no- deben cumplir
con estrictas medidas de seguridad para que el despegue sea
autorizado. Por ejemplo, hasta una cafetera en mal funcionamiento
puede ser la causa para no autorizar el vuelo. Además, por cada hora
de vuelo, un avión entra en revisión y mantenimiento por once horas.
Si estas razones no te parecen suficientes, toma en cuenta que volar
es el medio de transporte más seguro: las probabilidades de morir
en un accidente aéreo es una en once millones.
9. Practica ejercicios de relajación durante el vuelo: respiración,
meditación, estiramiento, ejercicios para relajar los músculos…
Tomar conciencia al realizar todos estos procesos, no sólo hará que
tomes el control de tu cuerpo, sino que despejará tu mente de otras
preocupaciones. Para calmar la ansiedad del despegue y aterrizaje,
se recomienda apretar el posabrazos y el estómago durante diez
segundos.
10. Mantente entretenido: música, libros, revistas, pasatiempos,
conversar con otros pasajeros, pensar en las actividades al llegar a tu
destino, mirar por la ventana o la programación que ofrece la
aerolínea… Si nada de esto funciona, considera que es un buen
momento para dormir. Al hacerlo, las horas pasarán más rápido.
