Daniela es una niña colombiana que debe trabajar para ayudar a su familia. Cada día recorre un largo camino con su madre desde su barrio de invasión hasta la capital para trabajar. A pesar de su situación, Daniela no pierde la esperanza de cumplir su sueño de recibir una educación. El documento cita a Isaías 58, donde Dios dice que le agrada cuando se libera a los presos injustamente y se da de comer a los hambrientos.