Un ateo se encuentra en peligro cuando un oso lo ataca en el bosque. Cuando grita "Oh Dios mío" para pedir ayuda, una voz desde el cielo le recuerda que él negó la existencia de Dios. El ateo admite ser hipócrita si pide ayuda como un cristiano, pero pide que el oso sea convertido al cristianismo. La voz accede y el oso hace una oración antes de comer al ateo.