2. EL EFECTO INVERNADERO
Se denomina efecto invernadero al fenómeno por el cual determinados
gases, que son componentes de la atmósfera planetaria, retienen parte de la
energía que la superficie planetaria emite por haber sido calentada por la
radiación estelar. Afecta a todos los cuerpos planetarios rocosos dotados de
atmósfera. Este fenómeno evita que la energía recibida constantemente
vuelva inmediatamente al espacio, produciendo a escala planetaria un efecto
similar al observado en un invernadero. En el sistema solar, los planetas que
presentan efecto invernadero son Venus, la Tierra y Marte.
De acuerdo con la mayoría de la comunidad científica [cita requerida], el efecto
invernadero se está viendo acentuado en la Tierra por la emisión de ciertos
gases, como el dióxido de carbono y el metano, debido a la actividad
humana.
No obstante lo que se señala aquí, el aire forma en la troposfera una mezcla de
gases bastante homogénea a una temperatura y presión
determinadas, hasta el punto de que su comportamiento es el equivalente al
que tendría si estuviera compuesto por un solo gas.1
3. EFECTO INVERNADERO DE VARIOS GASES DE LA ATMÓSFERA
Es el proceso por el que el aire retiene gran parte de la radiación infrarroja emitida por la
Tierra, lo cual da origen a toda la compleja serie de fenómenos atmosféricos estudiados
por la meteorología en detalle y a corto plazo, así como por la climatología a grandes
rasgos y a largo plazo.
Aunque la atmósfera seca está compuesta prácticamente por nitrógeno (78,1%), oxígeno
(20,9%) y argón (0,93%), son gases muy minoritarios en su composición como el dióxido
de carbono (0,035%: 350 ppm), el ozono y otros los que desarrollan esta actividad
radiativa. Además, la atmósfera contiene vapor de agua (1%: 10.000 ppm) que también es
un gas radiativamente activo, siendo con diferencia el gas natural invernadero más
importante. El dióxido de carbono ocupa el segundo lugar en importancia.4
La denominada curva Keeling muestra el continuo crecimiento de CO2 en la atmósfera desde
1958. Recoge las mediciones de Keeling en el observatorio del volcán Mauna Loa. Estas
mediciones fueron la primera evidencia significativa del rápido aumento de CO2 en la
atmósfera y atrajo la atención mundial sobre el impacto de las emisiones de los gases
invernadero.10
El efecto invernadero es esencial para la vida del planeta: sin CO2 ni vapor de agua (sin el
efecto invernadero) la temperatura media de la Tierra sería unos 33 °C menos, del orden
de 18 °C bajo cero, lo que haría inviable la vida.11
Actualmente el CO2 presente en la atmósfera está creciendo de modo no natural por las
actividades humanas, principalmente por la combustión de carbón, petróleo y gas natural
que está liberando el carbono almacenado en estos combustibles fósiles y la
deforestación de la selva pluvial que libera el carbono almacenado en los árboles, aunque
sólo una pequeña parte del mismo ya que la mayor parte del carbono almacenado en los
árboles queda en forma de madera, resinas o pasa a la atmósfera en forma de energía. Por
tanto es preciso diferenciar entre el efecto invernadero natural del originado por las
actividades de los hombres (o antropogénico).
5. HISTORIA DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO DEL EFECTO INVERNADERO
Fue alrededor de 1975-1980 cuando los científicos comenzaron a tener
suficientes evidencias del efecto que los GEI estaban ocasionando al
clima. Disponían de herramientas, conocimientos y técnicas suficientes
para iniciar el estudio en profundidad del complejo sistema climático:
satélites para observar la Tierra, redes mundiales de toma de
temperaturas, vientos, precipitaciones y corrientes, así como
ordenadores de gran potencia para desarrollar modelos climáticos.
Entonces los científicos vislumbraron un posible cambio climático de
dramáticas consecuencias. La opinión pública comenzó a conocer el
problema alertada por los grupos ecologistas, los gobiernos se
plantearon el problema e iniciaron acuerdos internacionales empujados
por los resultados cada vez más inquietantes que los científicos iban
desarrollando.18