La sordera de Ludwig van Beethoven comenzó a afectar su estilo musical, ya que dejó de utilizar frecuencias que oía peor y sus composiciones evolucionaron a medida que empeoraba su audición. Aunque no tuvo tratamiento para su sordera, esto no le impidió dedicarse a la música e incluso pudo haber contribuido a su genialidad como compositor, dando lugar a obras que le otorgaron el título de uno de los compositores más importantes de la historia.