El juego sirve para que los niños se afirmen a sí mismos al ejercitar sus capacidades físicas e intelectuales y ayudarles a resolver problemas de desarrollo y convivencia. También permite representar conflictos de una manera segura y promueve los vínculos sociales además de ser un espacio para la exploración y el descubrimiento que colabora con el desarrollo del lenguaje y pensamiento.