La leyenda cuenta que un pastor se negó a dar comida a un mendigo que se lo pidió. Como castigo, el mendigo, que resultó ser San Antonio, hizo que una niebla envolviera el valle e hizo llover intensamente, perdiéndose el pastor y su ganado. En ese lugar apareció una nueva y enorme montaña formada de roca y hielo, el Monte Perdido, como castigo a la falta de caridad del pastor.