El ángel Gabriel fue enviado por Dios a la ciudad de Nazaret para anunciarle a la virgen María que había sido elegida para concebir y dar a luz a Jesús, el Hijo de Dios. María se sorprendió por este mensaje pero aceptó la voluntad de Dios. Así, por obra del Espíritu Santo, concibió a Jesús, quien sería llamado el Hijo de Dios y el Verbo hecho carne.