El relieve constituye una parte esencial de la historia cultural y debe ser considerado por separado tanto en el tratamiento de superficies como en la ordenación de conjuntos. Este se divide en tres formas básicas: alto relieve, bajo relieve y bulto redondo, siendo el alto relieve aquel con una elevación pronunciada sobre el plano, el bajo relieve uno muy sutil que apenas se nota, y el bulto redondo una figura totalmente tridimensional separada del plano.