El documento habla sobre la espera del amanecer y la luz del día nuevo, y sobre no buscar el atardecer ni las sombras de la noche. El autor marcha rumbo a la gloriosa aurora del día eterno de Dios, ascendiendo siempre hacia la luz más brillante, viajando con Dios hacia su espléndido hogar celestial.
2. Estoy a la espera del alba y el áureo fulgor matinal... Pasan veloces los años, mas no busco el atardecer.
3. Cuando la luz del cielo irrumpa frente a mi vista en un país sin crepúsculos, sin sombras ni oscuridad.
4. No voy senda abajo hacia la puesta del sol, donde se agravan las sombras y el día encuentra su ocaso.
5. Marcho más bien monte arriba y el sol me ilumina el camino. Voy rumbo a la aurora gloriosa del día eterno de Dios.
6. No voy bajando; asciendo. Nunca la senda está umbría. Cada vez el día reluce más. Viajo con Dios a mi lado.
7. Mis ojos miran las cumbres a la espera de que salga el sol, a la espera de que me invite —Albert Simpson Reitz www.tommyswindow.com Para más presentaciones, visita: a Su espléndido hogar celestial.