Los colores fríos, como el azul, pueden influir psicológicamente en las personas de diferentes maneras dependiendo de su tono. Los colores fríos claros se asocian con cualidades como delicadeza y paz, mientras que los colores fríos oscuros se asocian con emociones como la melancolía y la depresión. Además, el clima de una región puede afectar las preferencias de color de sus residentes, con personas de climas más fríos mostrando una mayor preferencia por los colores fríos.