La fuente de poder puede fallar por varias razones, incluyendo componentes defectuosos, sobrecalentamiento o sobrecarga. Es importante monitorear la temperatura de la fuente de poder y asegurarse de que los componentes se mantengan dentro de un rango seguro. Si la fuente de poder falla o muestra signos de sobrecalentamiento, debe apagarse y reemplazarse tan pronto como sea posible.