Un granjero escocés pobre llamado Fleming oyó los gritos de auxilio de un niño atrapado en un pantano cercano. Fleming rescató al niño, quien resultó ser el hijo de un noble. Como recompensa, el noble permitió que el hijo de Fleming recibiera la misma educación que su hijo, lo que eventualmente llevó al hijo de Fleming, Alexander Fleming, a descubrir la penicilina y salvar la vida del hijo del noble, Sir Winston Churchill, cuando este enfermó de pulmonía.