La protagonista comete un error al hablar y se queda callada, como el agua derramada de sus botas. Observa el techo desde las escaleras sintiendo incomodidad y considerando sus opciones. Llora la primavera en el patio y las mujeres lavan la ropa. Al igual que su boca vacía, expulsa la ambigüedad de sus gestos. Nadie más está abajo. Suena el teléfono, es él. Habla con él y termina llorando, finalmente se suicida tomando pastillas.