El graffiti ha sido y sigue siendo utilizado como instrumento para denunciar y repudiar opresiones e injusticias sociales en diferentes contextos históricos, incluyendo la defensa de la libertad, los derechos laborales y educativos, en contra de regímenes opresores y las guerras, y por los derechos de los pueblos originarios, las mujeres, los niños y el medio ambiente.