El documento habla sobre la historia del graffiti en Nueva York en las décadas de 1970 y 1980. Los adolescentes escribían sus nombres y apodos en las calles y el metro para marcar su territorio y ganar reconocimiento entre sus amigos y rivales. El pionero fue Taki 183, un adolescente de origen griego que escribió su nombre por toda la ciudad y llegó a ser noticia en el New York Times en 1971, lo que inspiró a otros escritores callejeros como Chew 127, Julio 204 y Bárbara 62 a dejar su marca.