Este documento enfatiza la importancia de agradecer en todas las circunstancias. A pesar de que vivimos ocupados, rara vez nos tomamos un minuto para agradecer la vida, los sueños y las libertades de las que disfrutamos. La gratitud es una llama que puede transformar nuestras vidas, pero muchos la dejan extinguir o no la conocen. Debemos agradecer tanto en los buenos como en los malos momentos, para que Dios se sienta complacido con nuestra aceptación de las vicisitudes de la vida.
1. CAPITULO I<br />Caminamos por el sendero de la vida muy ocupados, nuestro tiempo está cronometrado. Hora exacta para llegar a la oficina, horario para alimentarnos, espacio para amar, pero ninguno de nosotros nos damos un minuto para AGRADECER.<br />Ustedes se preguntarán: ¿Agradecer por qué?<br />Por la vida, los sueños, los triunfos y también los fracasos; las manos con las que trabajas y acaricias; los pies que te permiten caminar; los ojos, remansos de ternura, a través de ellos te enamoras; los labios con los que besas y expresas lo que guardas en el corazón y, principalmente, tu entendimiento, con el que te guías hacia la consecución de tus metas y deseos. Nadie te somete a restricciones, nadie limita tus acciones. <br />Vives en libertad, puedes amar y soñar cuando lo desees, comer, cantar, bailar, gritar, llorar y jamás nadie te preguntará ¿por qué lo haces?<br />Eres totalmente libre.<br />Increíble, ¿verdad? Es una razón más que suficiente para estar agradecidos.<br />Pero, por desgracia, no siempre es así. Al contrario, para la mayoría de las personas, la gratitud es una llama pálida y mortecina que no ofrece ninguna eficacia para transformar sus vidas. Incluso, muchos la dejaron extinguirse por completo, y otros no la conocieron jamás.<br />Yo pasé muchos años en la oscuridad, la tristeza, la ingratitud.<br />Hace muy poco tiempo levanté el telón de mi vida y aprendí a ser agradecida. Además, comprendí que no era justo hacerlo sólo cuando las cosas salen bien. Eso es fácil; elevas tus manos al cielo muy emocionada y, en voz alta, dices: “Gracias, todo es maravilloso, ¡qué bien me siento!”.<br />Lo importante es agradecer y alabar a Dios en circunstancias adversas o esperanzas frustradas, cuando el sufrimiento te ha robado la paz, para que Él se glorifique y se sienta complacido de la benevolencia y sabiduría con que aceptas las vicisitudes de la vida.<br />Cuando pasas por un momento crítico, te rebelas, te mortificas, blasfemas y, desesperadamente, te preguntas ¿por qué a mi? Porqué simplemente llegó tu tiempo. La juez conciencia está de visita, quiere preguntarte si, en ese largo e incansable viaje para alcanzar la cumbre de tus sueños, permitiste en algún momento que el ángel de la gratitud te acompañara.<br />