Grecia se enfrenta a una crisis financiera que ha llevado al país al borde de la bancarrota. El gobierno griego ha implementado medidas de austeridad como recortes al gasto público y aumentos de impuestos para cumplir con los términos de los préstamos otorgados por la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo. Sin embargo, estas medidas han generado protestas públicas debido al alto costo social que representan.