El documento compara el humanismo y el cristianismo, argumentando que son diametralmente opuestos. Señala que el humanismo se basa en el orgullo y la auto-suficiencia del hombre, mientras que el cristianismo promueve la humildad y la dependencia total en Dios. Concluye que el humanismo se aparta de Dios y brinda una falsa esperanza, en contraste con el cristianismo que da la gloria a Dios y ofrece una esperanza real a través de Jesucristo.