El documento contrasta las creaciones de Dios y Satanás relacionadas con la alimentación y el estilo de vida del hombre. Dios creó vegetales y frutas para una vida sana, mientras que Satanás creó comidas rápidas, chocolate y helado que causaron sobrepeso en el hombre y la mujer. Aunque Dios sugirió actividad física, Satanás fomentó el sedentarismo con inventos como la televisión, lo que llevó a problemas de salud que requirieron intervención médica.