La investigación encontró que los 50 docentes que usaban habitualmente la pizarra digital mostraron una buena predisposición hacia su uso y notaron un aumento en la motivación de los estudiantes y un mejor control del aula, aunque había una baja disponibilidad de recursos educativos en línea. La pizarra también facilitó la comprensión de conceptos para los estudiantes cuando se ubicó de forma fija en un aula común, y se usó en educación infantil para realizar trazados de letras y dibujos.