El documento habla sobre la importancia de la intervención temprana durante los primeros dos años de vida, ya que es cuando el cerebro es más plástico. Un período de privación social en esta etapa puede tener efectos inmediatos en el desarrollo del niño y afectar su capacidad de aprendizaje futuro, como el habla. La intervención temprana es clave para niños socialmente en riesgo, con alteraciones orgánicas o de alto riesgo.