Los juegos pirotécnicos como petardos, tracas y cohetes pueden causar lesiones graves como huesos rotos, pérdida de extremidades, quemaduras y daños en los ojos o la visión. Además de poner en peligro la vida de quienes los encienden y los espectadores, también liberan toxinas al suelo, el aire y el agua, afectando negativamente al medio ambiente. Más del 60% de los daños producidos por los fuegos artificiales recae sobre el medio ambiente.