La Unión Europea acordó un paquete de estímulo de 750.000 millones de euros para ayudar a los países miembros a salir de la recesión causada por la crisis de la deuda soberana. El paquete incluye préstamos bilaterales entre países miembros y compras de bonos soberanos por parte del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. El objetivo es restaurar la confianza en los mercados financieros y prevenir una posible desintegración de la zona euro.