Este poema describe el intenso deseo y la pasión que siente el hablante hacia otra persona. El hablante se siente nervioso y tembloroso ante la presencia de esta persona, que tiene poder y control sobre sus sentidos y existencia. El hablante se entrega complacientemente a los gustos, deseos e impaciencias de esta persona, pues manda sobre sus sentidos y vida. La persona se ha integrado en todas las experiencias del hablante y calma sus exigencias cuando está dentro de él.