Este documento cuenta la historia de Tommy, un estudiante ateo en la clase de Teología de la Fe del autor. Aunque Tommy inicialmente rechazaba la idea de Dios, cuando fue diagnosticado con cáncer terminal empezó a buscarlo desesperadamente. Al final, Tommy encontró a Dios no a través de la fe en sí mismo, sino a través de compartir su amor con los demás, especialmente con su familia. Antes de morir, Tommy visitó al autor para contarle cómo había encontrado a Dios a su manera y en su tiempo.

1. La vida es
tan corta…
Pero no
para
Dios…
Ni para el
amor…
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2. La vida es tan corta
que debemos
aprovechar cada día
para ser felices.
John Powell, un
profesor de Loyola
University en
Chicago, escribió
sobre un estudiante
de su clase de
Teología de la Fe,
llamado Tommy.
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3. Hace unos doce años,
yo estaba de pie
observando a mis
estudiantes de la
universidad cuando
entraban al salón
para nuestra primera
sesión de Teología de
la Fe.
--Ése fue el primer día
que vi a Tommy.
Tommy estaba
peinando su larga
cabellera rubia, que
caía 6" por debajo de
sus hombros. Como

4. Tommy resultó ser el
"ateo de la clase" en
mi curso de Teología
de la Fe.
Él objetaba
constantemente,
sonriendo
sarcásticamente
sobre la posibilidad
de un Dios/Padre
que nos ama sin
condiciones.

5. Cuando al terminar el
curso vino a entregar su
examen final, me
preguntó en un tono algo
cínico:
-¿Cree usted que alguna
vez encontraré a Dios?
Inmediatamente decidí
usar un poquito de
técnica de la terapia de
shock.
- ¡No!, le dije muy
enfáticamente.
-- ¿Por qué no? -me
respondió- yo creía que
ése era el producto que
usted estaba vendiendo.
Dejé que estuviera a unos

6. Él se encogió de
hombros
y salió de mi clase…
y de mi vida.
Yo me quedé algo
frustrado por el hecho
de que no hubiera
captado mi ingeniosa
observación:
"¡Él te encontrará a ti!”.
Por lo menos yo
pensaba que había sido
ingeniosa...
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7. Tiempo después me
enteré que Tommy se
había graduado lo
cual me dio el
comprensible gusto.
Más adelante me llegó
una triste noticia:
Tommy padecía de un
cáncer terminal.
Antes de que yo
pudiera ir a buscarlo,
él vino a verme.
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8. Cuando entró en mi
oficina lucía demacrado
y su larga cabellera
había desaparecido
debido a la
quimioterapia. Pero
sus ojos brillaban y su
voz tenía una firmeza de
la que carecían antes.
-Tommy, he pensado
mucho en ti... Supe que
estás enfermo -le dije
en un tono casual.
-- Oh, sí, muy enfermo
-me respondió-, tengo
cáncer en ambos
pulmones. Es cuestión
de semanas.
-- Tom, ¿puedes hablar
sobre eso? - le
pregunté.
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9. -¿Qué se siente tener
solo 24 años y estar
muriendo? - le dije.
- Bueno, podría ser
peor.
-¿Peor?..¿ cómo
qué?
-Bueno, como llegar a
los cincuenta años
sin tener valores o
ideales; o llegar a los
cincuenta creyendo
que beber, seducir
mujeres y hacer
dinero son “lo
máximo” de la vida.

10. Antes había clasificado a
Tommy como “extraño”...
Pero parecía como si a
todo aquel al que yo
rechazaba con mi propia
calificación, Dios lo
devolvía a mi vida para que
me educara.
Dijo él:
-Pero por lo que en
realidad he venido hoy a
verlo es por algo que usted
me dijo el último día de
clases.
(¡Se acordó! – me dije yo)
Él continuó :
- Yo le pregunté si creía
que yo llegaría alguna vez
a encontrar a Dios. Y

11. Estuve pensando mucho en
eso, aunque no se puede
decir que mi búsqueda
fuera muy intensa en aquel
entonces.
Pero cuando los doctores
removieron el tumor que
tenía en la ingle y me
dijeron que era maligno, fue
cuando empecé a buscar
seriamente a Dios.
Y cuando el cáncer se regó
a mis órganos vitales, de
verás que empecé a
golpear fuertemente con
mis puños las puertas del
Cielo... pero Dios no salió.
De hecho, no pasó nada.
¿Alguna vez ha tratado de
hacer algo
con mucho esfuerzo sin
obtener ningún resultado?
Uno se harta
psicológicamente, se

12. Bueno, pues un día me
desperté y en lugar de
estar lanzando mis
reclamos inútiles por
encima de ese muro de
ladrillos a un Dios que
posiblemente no
estuviera ahí, me rendí...
Decidí que en realidad
no me importaban Dios,
ni una vida después de
la muerte, ni nada que
se le pareciera.
Decidí pasar el tiempo
que me quedara
haciendo algo más
provechoso.
Pensé en usted y en su
clase y recordé otra

13. Así que empecé por el má difícil, mi padre.
s
É l estaba leyendo el perió dico cuando me
le acerqué .
- Papá…
-¿Qué ? -preguntó sin quitar sus ojos del
perió dico.
- Papá quisiera hablar contigo.
,
- Bueno, habla.
- Papá es algo verdaderamente
...
importante.
Bajó el perió dico lentamente…
- ¿De qué se trata?
- Papá yo te amo. Só lo quería que lo
,
supieras.. (Tom me sonrió mientras me
contaba con satisfacció n, como si sintiera
un gozo cá
lido y secreto, que fluía a travé s
de su interior.)
Entonces mi padre hizo dos cosas que no
recuerdo que hubiese hecho antes.
lloró y me abrazó .

14. Estuvimos hablando toda la
noche, aunque él tenía que
ir a trabajar al día
siguiente.. Me sentí tan
bien de estar cerca de mi
padre, de ver sus lágrimas,
de sentirfácil con miy de
Fue más su abrazo
oírle decir que me amaba...
madre y con mi
hermano menor.
También ellos lloraron
conmigo y nos
abrazamos y nos
dijimos cosas bonitas
los unos a los otros.
Compartimos las cosas
que habíamos guardado
en secreto por tantos
años. Sólo me
arrepiento de una cosa:
de haber esperado
tanto tiempo!!!
Ahí estaba yo,

15. Me imagino que yo
me portaba como un
entrenador de
animales aguantando
el aro para que
saltaran: ¡Vamos,
salta! Te doy tres
días, tres semanas.'
Aparentemente Dios
hace las cosas a Su
manera y a Su hora.
Pero lo importante
es que Él estaba ahí.
¡Me había
encontrado! Usted
tenía razón, me
encontró aún
después de que yo
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16. - Tom -le dije casi sin
aliento-, yo creo que
estás diciendo algo
muy importante y más
universal de lo que tú
te puedas imaginar.
Por lo menos para mí,
lo que estás diciendo
es que la forma más
segura de encontrar a
Dios es no pretender
convertirlo en una
posesión particular, un
solucionador de
problemas, un
consuelo instantáneo
en tiempos de
necesidad... sino
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17. -Tom, ¿podría pedirte un
favor? - pregunté-.
Fíjate, cuando te tenía
en mi clase eras una
verdadera molestia,
pero (riendo) ahora
puedes compensarme
por todo... ¿Vendrías a
mi curso de Teología de
la Fe y les contarías lo
que acabas de
contarme? Si yo se lo
dijera, no tendría el
mismo impacto que
puede tener al
contárselo tú.
-- Oohh. Yo estaba listo
para usted, pero no sé
si estoy listo para su
clase.
- Piénsalo, Tom, y si te
sientes listo, llámame.

18. Por supuesto que su
vida no terminó con la
muerte, sólo cambió.
Él dio el gran salto
desde la fe a la visión.
Encontró una vida más
hermosa que todo lo
que ha visto el ojo
humano o que el oído
humano haya
escuchado o que la
mente del ser humano
jamás se haya
imaginado.
Antes de que muriera,
hablamos una última
vez.
-No voy a poder llegar a
su clase” -me dijo.
- Lo sé, Tom.
- ¿Les contará usted
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19. Así que a
todos ustedes
que han tenido
la bondad de
leer esta
simple historia
sobre el amor
de Dios,
gracias por el
tiempo.
Y a ti, Tommy,
en los
brillantes y
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20. DIOS SIEMPRE
ESTA CON
NOSOTROS
Muchas
gracias, Rev.
John Powell
Profesor de
Loyola
University,
Chicago
Vamos a
compartir con
todos….. el
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