Un SEAT 600 se averió en la autopista y un Mercedes se ofreció a remolcarlo. Sin embargo, apareció un Porsche y el Mercedes aceleró para no dejarse ganar, llegando a 270 km/h con el SEAT dándoles luces para que frenaran. La Guardia Civil fue alertada de la carrera a alta velocidad con el SEAT siguiéndolos.