El niño Gastón Acurio descubrió su pasión por la cocina desde una edad temprana, ayudando a la cocinera y experimentando en la cocina de su casa. A pesar de estudiar abogacía, siempre se sintió más atraído por la cocina. Más tarde, cuando confesó a su padre que quería ser cocinero en vez de abogado, su padre se opuso inicialmente debido a los prejuicios de la época, pero finalmente aceptó el sueño de su hijo. Gastón Acurio se convirtió en