Los 4 hábitos fundamentales de un community manager son: 1) comenzar con un objetivo claro y un plan para alcanzarlo, 2) mantener toda la información y contenido actualizado, 3) escuchar activamente a los clientes para comprender sus necesidades e inquietudes, y 4) disfrutar de un aprendizaje continuo para estar al día de las novedades y mejorar constantemente.