2. El topo de nariz de estrella o
estrellada
No ganaría un concurso de belleza.
A este mamífero que habita en
Norteamérica le ha tocado tener
en la punta del hocico 22
tentáculos rosados y dotados de
movimiento que le dan el aspecto
de un monstruo alienígena de serie
B. Con ellos puede descubrir el
mundo y capturar lombrices,
insectos y pequeños crustáceos,
que son la base de su alimentación.
Como otros topos, excava túneles,
y es un buen nadador. En invierno,
se dedica a dormir.
3. El gavial indio
También conocido como cocodrilo
del Ganjes, el gavial indio es una
especie antiquísima y muy rara. Se
distingue por un hocico muy
delgado y prolongado adaptado a la
pesca. Está al borde de la
extinción. Anteriormente, se le
cazaba para aprovechar su piel. En
la actualidad, está amenazado por
los pescadores y el crecimiento de
la actividad fluvial, que han
limitado el hábitat del gavial a
escasas áreas silvestres. A estos
peligros se une la construcción de
diques y canales en los ríos.
4. El almiquí paradójico o agouta
Tiene un aspecto simpático, pero
su mordisco es venenoso. Parecido
a un ratón al que le ha crecido la
nariz, quedan muy pocos
ejemplares en la República
Dominicana y Haití. Biólogos y
científicos tratan de salvarlo,
aunque no será fácil. Su nombre
científico es Hispaniolan
solenodon, porque es natural de la
isla La Española. Es de los pocos
mamíferos autóctonos de las islas
del Caribe. Aunque es difícil de
ver, porque tienes hábitos
nocturnos y es muy rápido, los
perros y gatos son sus principales
enemigos.
5. Dragones del mar
Estas criaturas sacadas de un
cuento de hadas intentan, como
muchos otros animales, pasar
inadvertidas. Su cuerpo parece
estar formado por algas, hojas y
ramas, un peculiar aspecto que le
permite mimetizarse para evitar a
los depredadores y sobrevivir. Sus
movimientos son tan ligeros que
puede pasar por un alga marina
flotando en el mar. Es capaz de
cambiar de color según el fondo
marino. Una joya natural.
6. El cangrejo Yeti
Una de las últimas sorpresas que
nos ha dado el mundo animal. Este
cangrejo peludo y albino fue
descubierto por el Instituto de
Investigación Acuática de
California hace tres años en el
Pacífico, cerca de la Isla de
Pascua. El cangrejo habita a 2.300
metros de profundidad, donde
existen fluidos que resultan
tóxicos para otras especies. Sus
pinzas peludas contienen una
bacteria filamentosa cuya función
aún no está clara. Algunos
científicos cree que puede servir
al animal para evitar que se
intoxique con el veneno de los
minerales.
7. El Sphynx
No tiene ni un solo pelo en el
cuerpo. El Sphynx o gato esfinge
puede parecer repulsivo para
algunos, pero los amantes de lo
excéntrico adoran a este felino por
su originalidad. No les falta
razones, ya que son gatos muy
sociables, robustos, de buena salud
y con la ventaja de que, como no
tienen pelo, no molestan a los
alérgicos. Sólo hay cientos de
ejemplares en todo el mundo y los
criadores son muy pocos, así que
es díficil conseguir uno como
mascota.
8. El cerdo marino
El cerdo marino o «seapig» en
inglés, vive en el fondo del océano
y se alimenta en el barro del lecho
marino. Los científicos todavía no
han descubierto cómo puede
sobrevivir con éxito en esas
condiciones. Tiene el aspecto de
un globo hinchado a punto de
explotar y se asemeja a un cerdo
común color de rosa.
9. El echidna
Originario de Australia, el echidna
u oso hormiguero espinoso es,
junto a los ornitorrincos, uno de
los dos únicos mamíferos que
ponen huevos. Nacen desnudos,
pero cuando crecen cubren su
cuerpo de un denso pelaje del que
sobresalen un montón de agudas
espinas. Pueden medir hasta 50
centímetros de largo y se alimentan
de insectos y lombrices.
10. El tarsero fantasma
Es común verlos agarrados a los
árboles de los bosques de
Indonesia, Borneo y las islas
Filipinas y Célebes. Sumamente
pequeños, menores que una rata y
con las patitas muy delgadas, es
imposible no fijarse en sus
gigantescos ojazos. Cada globo
ocular mide 16 milímetros de
diámetro, tan largo como su
cerebro. Son solitarios y
nocturnos, por lo que reciben el
sobrenombre de fantasma,
espectro o espíritu del bosque.