Los cambios en el transporte han permitido que las personas se desplacen de maneras impensables hace un siglo y han influido en varios aspectos de la vida: las personas pueden vivir lejos de sus trabajos y viajar diariamente usando trenes y autobuses; gracias a los aviones es fácil viajar a países lejanos en vacaciones; y las mercancías viajan por todo el mundo en barcos y aviones, aunque el uso de combustibles fósiles en el transporte contribuye al calentamiento global.