La película sigue a Tom Popper, un adicto al trabajo en bienes raíces que presume de ser el mejor en su campo. Sin embargo, descuida a su familia. Tras heredar una casa y una manada de pingüinos de su padre, Tom aprende a apreciar más el tiempo con su esposa e hijos y a poner su familia antes que el trabajo. La película transmite un mensaje sobre la importancia de establecer prioridades equilibradas entre la familia y la carrera.