1. Me gusta la gente…
Que ame la vida y se obsesionen por ella como el mas grande regalo.
Que cuando te saluden te miren de frente y te den un fuerte apretón de manos.
Que cuando te hablen lo hagan mirándote a los ojos, diciéndote lo que sienten.
Que sea sincera, y a tus espaldas sea la misma que te habla de frente.
Que amen a los niños, pues en ellos está la esperanza del mundo.
Que sueñen y deseen volar para encontrar un mundo nuevo, sin necesidad de llevar equipaje.
Que se alegren por los triunfos de los demás, como si fueran propios.
Que sólo les importe la riqueza de tu alma, y no el tamaño de tus bienes.
Que les interese los títulos de nobleza que sólo el corazón puede otorgar.
Que amen el trabajo, pues este engrandece al hombre.
Que siempre estén dispuestos a ayudar y a tender puentes por muy pequeños que los puedan ofrecer.
Que guíen su vida por lo que dicta el corazón, y no por impulsos banales.
Que quieran compartir un amanecer y la puesta del sol con quien mas aman.
Que den ideas, generen posibilidades y planteen proyectos para superar obstáculos, así otros los vean como obstinados.
Que quieran cantar muy alto lo que sienten y los define.
Que respeten los gustos y formas de pensar de los demás.
Que amen su origen por humilde y sencillo que sea.
Que cuando dicen amar, lo sientan y vivan con el corazón, el alma y los sentidos.
Que tengan carácter para mostrarse fuertes y a la vez sensibles ante situaciones difíciles.
Que siempre quieran regalar su alegría y comprar las tristezas de los demás.
Que deseen compartir sus éxitos, y ayudar a otros a alcanzar sus sueños.
Que se amen a si mismos, pues sólo este ego hace que amen verdaderamente a los demás, y le den gracias a Dios por su
existencia.
Que amen y respeten la naturaleza, pues de ella depende la supervivencia del hombre.
Que sean buenos hijos amando a sus padres, pues sólo así serán también buenos padres, esposos, familiares y amigos.
Que le oren a Dios, cumplan sus mandamientos y tengan la esperanza puesta en Él.
Y Que deseablemente amen a la Santísima Virgen María, tal como yo la amo.
Diego Fernando Vergara