El documento presenta dos recorridos turísticos en Buenos Aires, uno más relajado enfocado en la vida cotidiana y otro más extremo con varias pruebas de resistencia que ponen a prueba al turista. El recorrido típico incluye visitar barrios populares y presenciar una inundación desde un balcón, mientras que el recorrido de alto impacto implica viajar en transporte público repleto y hacer largas colas para obtener documentos, terminando agotado pero satisfecho.