El documento utiliza la metáfora de las mujeres como manzanas en un árbol para argumentar que las mejores mujeres se encuentran en la parte superior del árbol, mientras que los hombres prefieren tomar las manzanas caídas que son más fáciles de alcanzar. Alienta a las mujeres a no dejarse caer para ser alcanzadas, sino a esperar al hombre correcto que sea lo suficientemente valiente como para trepar y alcanzarlas donde están. Finalmente, enfatiza que las mujeres merecen respeto e igualdad y ser amadas.