1. MI AUTOR FAVORITO
1849 – 1873

2. SALTILLO

3. PADRES

4. COLEGIO JOSEFINO

5. SAN IDELFONSO

6. SANTA BRIGIDA

7. SAN JERÓNIMO

8. PLAZA MANUEL ACUÑA

9. ROSARIO DE LA PEÑA

10. Nocturno a Rosario
I X
¡Pues bien! yo necesito Esa era mi esperanza...
decirte que te adoro mas ya que a sus fulgores
decirte que te quiero se opone el hondo abismo
con todo el corazón; que existe entre los dos,
que es mucho lo que sufro, ¡Adiós por la vez última,
que es mucho lo que lloro, amor de mis amores;
que ya no puedo tanto la luz de mis tinieblas,
al grito que te imploro, la esencia de mis flores;
te imploro y te hablo en nombre mi lira de poeta,
de mi última ilusión… mi juventud, adiós!

11. A UN ARROYO
A MI HERMANO JUAN DE DIOS PEZA
Cuando todo era flores tu camino, Y así en la vida el incesante vuelo
cuando todo era pájaros tu ambiente, mientras que todo es ilusión, avanza
cediendo de tu curso a la pendiente en sólo una hora cuanto mide un cielo;
todo era en ti fugaz y repentino. Y cuando el duelo asoma en lontananza
Vino el invierno con sus nieblas vino entonces como tú cambiada en hielo
el hielo que hoy estanca tu corriente, no puede reflejar ni la esperanza.
y en situación tan triste y diferente
ni aún un pálido sol te da el destino.

12. AMOR
¡Amar a una mujer, sentir su aliento,
y escuchar a su lado
lo dulce y armonioso de su acento;
tener su boca a nuestra boca unida
y su cuello en el nuestro reclinado,
es el placer mas grato de la vida,
el goce mas profundo
que puede disfrutarse sobre el mundo!

13. ANTE UN CADAVER
¡Y bien! aqui estás ya... sobre la plancha
donde el gran horizonte de la ciencia
la extensión de sus límites ensancha.
Aqui donde la rígida experiencia
viene a dictar las leyes superiores
a que está sometida la existencia.
Aquí donde derrama sus fulgores
ese astro a cuya luz desaparece
la distinción de esclavos y señores.

14. EL REO A MUERTE
Esa noche, ardiendo el pueblo admiración y ... entretanto,
de animación y entusiasmo allá muy lejos, muy lejos,
bajo el influjo sublime sonando lento y pausado,
de tu genio soberano, se alzaba entre las tinieblas
todo era bravos y dianas, y entre el silencio un cadalso,
todo era vivas y aplausos, sin otro eco que el latido
todo cariño en los ojos del pecho del condenado
todo cariño en los labios, que en diálogo con la muerte
y todo flores, laureles, velaba en un subterraneo.

15. GRACIAS