El Monstruo de las Galletas apareció originalmente en anuncios de 1966 para promover tres aperitivos crujientes, donde era representado por tres monstruos con gran apetito por dichos aperitivos. Uno de estos monstruos, el ladrón de ruedas, se convirtió luego en el Monstruo de las Galletas conocido en Barrio Sésamo, caracterizado por su voraz apetito por las galletas.
2. El Monstruo de las Galletas (en
inglés, Cookie Monster), también
conocido como Monstruo
Galletero, ComeGalletas, Triqui o
Lucas, es uno de los titeres del programa
educativo infantil llamado Barrio Sésamo
en España y Plaza Sésamo en
Hispanoamérica. Su aspecto está
caracterizado por un pelo de color azul
oscuro, una boca enorme desprovista de
dientes, ojos grandes y saltones y un
voraz apetito característico, además de
frases en las que expresa sus grandes
ganas de comer: "¡Yo querer galleta!", "¡Yo
comer galleta!" y "¡Aumm ñam ñiam
ñiam ñiam!" (esta última onomatopéyica
y pronunciada con la boca llena de
comida). Su voz es grave y brusca, y su
forma de hablar es simplificada, usando
abundancia de infinitivos y omitiendo
otros complementos lingüísticos.
3. ORIGEN
En el libro Diseños y Garabatos de Jim Henson se explica el
origen del Monstruo de las Galletas como sigue:
"En 1966, Henson dibujó tres monstruos que comían
galletas con objeto de que apareciesen en un anuncio de la
General Foods para lanzar al mercado tres aperitivos
crujientes: las Ruedas, las Coronas y las Flautas. Cada uno
de ellos era representado por un monstruo diferente. El
ladrón de ruedas (Wheel-Stealer) era un monstruo peludo y
bajito, con ojos temblorosos y dientes agudos y afilados. El
secuestrador de flautas (Flute-Snatcher) era un veloz
diablillo con una larga nariz afilada y un pelo agitado por el
viento. El arrebatador de coronas (Crown-Grabber) era un
monstruo huesudo con un acento al estilo de Boris Karloff
y dientes agudos que parecían gigantescas agujas de
punto."
Estos monstruos tenían un gran apetito por los aperitivos a
los que hacían referencia sus nombres. Cada vez que el
narrador de los anuncios, una marioneta de aspecto
humano, abría un envoltorio de Ruedas, Flautas o
Coronas, desaparecían antes de que pudiera comérselas.
Una tras otra, los monstruos acechaban el momento de
arrebatárselas y salir pitando con los aperitivos. Frustrado
y hambriento, el narrador advertía entonces a los
televidentes que "estos molestos monstruos pueden estar
disfrazados con el aspecto de cualquier persona, incluso
dentro de su propia casa", momento en el cual los
monstruos se convertían brevemente en personas y volvían
a tomar el aspecto de monstruos instantes después.