El documento contrasta las diferencias entre Colombia y Japón, notando que las calles colombianas son más abiertas mientras que las japonesas son más cerradas y seguras, los colegios japoneses son más avanzados y seguros que los colombianos, y la tecnología japonesa es más avanzada debido a su gran inteligencia, mientras que Colombia sufre de robos, ataques y drogas con más frecuencia.