La oración al Grial de la Dama de Misericordia describe al Grial como un palacio de alegría y oasis de promesas donde el alma puede celebrar el encuentro con el Amado. Se menciona que Alejandría creó el Grial, Jerusalén lo consagró, Roma lo vio cautivo y Valencia lo conservó. La oración pide al Grial que responda y permita compartir su compasión como un buen amigo.