El documento describe una campaña activa de malware conocida como Packrat, que afecta a varios países de América Latina, incluyendo Ecuador, Argentina, Venezuela y Brasil, y está dirigida a objetivos políticos y de prensa independientes. Packrat utiliza técnicas de phishing y manipulación social, personalizando los ataques para cada víctima, frecuentemente a través de archivos de Microsoft Word que incluyen software malicioso. Los investigadores sugieren que la persistencia y nivel de sofisticación de Packrat podría indicar el patrocinio por un actor estatal, aunque no se atribuye a un patrocinador específico.