Este documento es un extracto de tres versículos del Salmo 119. En ellos, el salmista pide que Dios confunda a los soberbios que lo afligen sin razón, y que se compadezcan de él los que temen a Dios. Ruega para que su corazón siga perfectamente los mandamientos de Dios y no quede confundido, mientras espera su auxilio y consuelo a través de su palabra.